Las ganas de vivir nos impulsan a seguir adelante, siendo cómo somos, porque no hay manera de cambiarlo. Nuestras razones e ideas nos traicionan, muchas veces nuestras razones no son las suficientes para desarrollar una idea. Todo tiene un destino, cada uno de nosotros tiene un futuro que lo puede cambiar todo<<
Aquella niña de ojos verdes, brincaba por el campo intentando cambiar las peleas de sus padres por sonrisas. No entendía el por qué de aquellos malos momentos, no entendía por qué tenía que existir las lágrimas, los corazones rotos y las cosas imposibles. ¿Por qué la obligaban a hacerse tan fuerte cuando ella era débil por naturaleza? Tenía fe en que las cosas cambiarían, las personas no echarían en cara los errores, la sociedad no juzgaría por tu apariencia, el estrés desaparecería. Las calles se volverían de color rosa, las nubes no taparían el sol, el agua cristalina dibujaría reflejos perfectos.
Llegó a su vida un chico, como los demás, con sus virtudes con sus defectos, tan normal como cualquiera, pero solo hubo una diferencia. Aquel chico la enamoró sin saber por qué. Veía cada uno de sus movimientos, sus sonrisas, sus lágrimas, lo veía todo perfecto. Pero ella no se dio cuenta de que el amor no solo iba a cambiar su vida si no que, la iba a cambiar a ella, por completo. Dejo de ser aquella chica risueña, alegre y débil. Se convirtió en alguien como los demás, le importaba mucho su apariencia, no quería parecer una niña fácil, quería verse fuerte, sonreír frente al espejo y verse guapa. Aquel año de su vida cambió cada uno de sus gustos. Dejó de dar oportunidades, hacerse su amigo se convirtió casi imposible, pero ella no dejo de ser feliz.
Las personas cambian, pero nunca lo hacen por completo
Ella seguía brincando por el campo, cuando nadie la veía, ella seguía siendo tan infantil como hace años, ella seguía siendo feliz cuando nadie la miraba. Esa había sido su decisión, ocultar su verdadera identidad, dejar de ser como era, pero cada uno elige su camino. Cada uno elige el camino que cree mejor. Y si ella eligió aquello, fue porque ella lo decidió, porque creía que se sentiría mejor.
¿Lo consiguió?
Consiguió todo lo que quiso en la vida, bajo aquella falsa identidad, pero seguía siendo ella. Nadie sabrá si su felicidad aguantó mucho tiempo más, pero piensa una cosa, si ella no volvió a cambiar, ella sería feliz.
Respeta las opiniones, cambiar no es malo, cambiar es una forma de madurar, pero aunque las personas intenten cambiar, siempre perdurara aquella forma que siempre les caracteriza.
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