Era difícil, pero, si te acercabas a su cama a altas horas de la noche, aún podías ver las lágrimas surcando su rostro y oír su respiración entrecortada.
Era fácil verla esbozar una sonrisa, porque se ilusiona fácilmente y porque quiere ser feliz. Pero ella sabe que sonreír no implica "ser feliz".
También era fácil ver su expresión seria, porque no podía fingir ser feliz siempre.
Nadie podía imaginarse lo que ella hacía cuando se quedaba sola en casa.
¿Ella era egoísta?
Tal vez un poco.
Había gente que la quería, pero su amor nunca sería suficiente.
Primero tendría que quererse a sí misma para luego aceptar el amor de los demás.
Y esa tarea le llevaría un tiempo que no tenía o no quería tener.
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