Mi céfiro se encontró con el tuyo
y soplaron juntos una párvula flama
que ante tal fuerza enamorada
en un incendio se convirtió,
surgió un romance férvido
que en contra de todo encumbró,
sin embargo, ambos vientos,
tal vez por mucho amor,
se arremolinaron ahogando
lo que ellos mismos encendieron,
¿Fui yo tal vez al soplar en mala dirección?
Escucho la fervorosa voz de mi corazón,
ruega por amor cumplir mi promesa,
sin importar que somos un remolino
que arrasa fríamente con todo,
decir: “se acabó”; parece tan fácil,
pero me duele en el alma,
me hace gimotear de solo pensarlo,
¿Significa esto que todavía te amo?
amor, juntos mantengamos este tornado
hasta que los vientos se calmen al amanecer
y ambos soplemos otra vez en la misma dirección
demostrándonos el uno al otro
que seguimos muy enamorados.
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